Los riesgos de privatización del tratamiento del ébola

La OMS acaba de informar de que es inevitable que se produzcan nuevos casos de ébola en Europa, por lo que parece que la decisión de los diferentes gobiernos de trasladar a sus cooperantes desde África, en vez de enviar los medios para tratarlos en origen, se toma a pesar del grave riesgo a la población europea y mundial, ahora reconocido por la agencia internacional de salud.

Parece que la trasfusión de sangre de la monja Paciencia, con anticuerpos contra el virus del ébola, abre un camino a la esperanza de combatir esta grave enfermedad, que según cálculos de la OMS podría afectar a 20.000 personas en los próximos 6 meses.

La trasfusión de suero con los anticuerpos existentes en la sangre de personas que han superado la enfermedad teóricamente permite controlar la infección mientras el paciente desarrolla sus propias defensas. Es lo que se llama inmunización pasiva, terapia descubierta hace muchos años y aún utilizada hoy en día para tratar otras enfermedades infecciosas, por lo que cabe preguntarse como es posible que, tras casi 4 décadas de desarrollo de la enfermedad, aún no se haya ensayado este tratamiento en África.

Con respecto a esto, la privatización de la recogida de sangre de los donantes en España (ya realizada en Madrid y legislada en otras CCAA como Galicia) podría volver a repetir la historia ocurrida a finales de los años 80, cuando las empresas farmacéuticas que comerciaban con sangre humana provocaron miles de contagios por VHC y VIH, debido a la utilización de la sangre de donantes de alto riesgo sin los controles pertinentes.

Por lo de pronto, la OMS ya ha alertado de la existencia de un mercado negro de sangre en África para tratar el ébola. Teniendo además en cuenta que, debido a las presiones de las farmacéuticas y a la dejación de los responsables de salud occidentales, la sangre de muchos africanos se encuentra contaminada por virus de hepatitis A, hepatitis B y VIH, lo que podría provocar una crisis de salud de enormes proporciones a nivel mundial.

Ante estos hechos desde la FADSP consideramos que:

- Ana mato y su equipo deben dimitir, ya que sus decisiones han originado el problema e incrementado el riesgo de la población española y Europea. La crisis del ébola debe estar gestionada por personas competentes y no contaminadas por conflictos de interés. En contraposición a la mediocridad gubernamental, agradecemos la dignidad y solidaridad de la monja paciencia que tras ser rechazado su traslado para tratarse en España, al no disponer de nacionalidad española, ha aceptado venir, tras haberse curado por si misma del ébola en África, para donar su sangre y tratar a otras personas enfermas.  

- Debe desprivatizarse la recogida de sangre en Madrid y derogar las leyes que permitan esta privatización en otras CCAA.

- Debe derogarse la ley 16/2012. Esta crisis ha demostrado que el derecho a la salud es un derecho universal y la suspensión de este derecho a una parte de la población, nacional o extranjera, puede tener graves repercusiones a la salud pública, de consecuencias desconocidas.

Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública

10 de Octubre de 2014

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